Esta frase de mi fundador, hace eco con la experiencia vivida en estos días de semana santa. Dios me llevo a vivir una misión heroica, experimentando en carne propia el Misterio Pascual.
Creo que la gente del sector de Nirivilo, La Corriente, Los Naranjos… en la región del Maule, ya habían vivido el Viernes Santo con experiencias de mucho dolor y sufrimiento, compartiendo sus penas por todo lo que perdieron, pero nunca perdieron la fe en Dios, todo lo contrario, se fortaleció después de esta tragedia, creyeron con más fuera porque sintieron que Dios no los abandona en el sufrimiento, en sus momentos de tristeza y desesperación. La presencia amorosa de Dios, se hizo presente con la ayuda sobreabundante que recibieron.
Ahora había que pasar a la alegría de la pascua, vivenciar este misterio, dando sentido cristiano a las experiencias vividas. Todo cobra sentido con Cristo resucitado, la tristeza se transforma en alegría y en gozo. La desesperación se transforma en paz y confianza. El amor y la fe se transforman, entonces, en la fuerza para seguir luchando por la vida.
Gracias Padre Dios, por esta experiencia de vivir el Misterio Pascual juntos a los profesores y estudiantes Josefinos-Trinitarios.